Crónica del Izado Solemne de Bandera en el ACAR Tablada en honor del Ateneo Social y Castrense de Sevilla

CRÓNICA DE EMOCIONES Y RECUERDOS

Días de lluvias intensas tan necesarias en España y especialmente en Andalucía. Así era la semana en la que se iba a celebrar el Izado Solemne de Bandera en el Acuartelamiento Aéreo de Tablada en honor del Ateneo Social y Castrense de Sevilla. Las ocho de la mañana del viernes 8 de marzo era la «hora de no retorno» fijada la víspera por el Coronel Jefe del ACAR Tablada ante la previsión de mal tiempo. Un mensaje a esa hora cancelaría los actos previstos y supondría una lógica desilusión de tantas personas que ansiaban volver a Tablada y de otras que nunca antes habían entrado. Como una cofradía en Semana Santa pendiente de la lluvia, si salir o no salir, así nos sentíamos desde varios días antes.

Pero amaneció una hermosa mañana soleada, sin viento, algo fría, aunque la temperatura iría subiendo hasta que, incluso estando expuestos al sol, sobraría la ropa de abrigo.

Un presidente emocionado y orgulloso de sus ateneístas, simpatizantes y de su Junta Directiva, que arroparon los actos vividos ayer escribe esta crónica, quizás en caliente -como no se debe actuar- tras 24 horas de esta experiencia que perdurará en nuestras memorias.

Dos generales, agradecidos por la elevada participación de socios-ateneístas, felicitaron a este presidente por el éxito de asistencia y respeto en el transcurso del acto.

Formaba una escuadra de gastadores y una numerosa representación militar de las distintas unidades ubicadas en el acuartelamiento.

Una gran enseña nacional roja y gualda fue llevada hacia el mástil por seis personas, quienes posteriormente admitieron en confianza sentir un inmenso orgullo al haber sido seleccionados para tan honorable tarea. A pocos metros de ellos, la bandera de grandes dimensiones, a los sones del Himno Nacional interpretado por la Unidad de Música de Tablada, se alzaba majestuosamente, creando un momento inolvidable.

El presidente no cabía en sí al presidir el acto flanqueado por las más altas autoridades del Ejército del Aire y del Espacio en Sevilla.

Después del izado, el grupo se dirigió al Pabellón de oficiales donde nos ofrecieron un desayuno. Allí tuve oportunidad de dirigirme a los presentes en un discurso de agradecimiento y mencionando que muchos de los presentes regresaban a su casa que fue durante 15 meses que estuvieron al servicio de España durante el servicio militar obligatorio. El general respondió destacando la importancia de considerar el lugar como su casa, hogar de todos los españoles, promoviendo eventos que acerquen la sociedad civil a las Fuerzas Armadas.

Asimismo, se entregó un recordatorio al Coronel Jefe del ACAR Tablada, Juan José Arbolí, en forma de una sencilla pero elegante pieza de metacrilato con el escudo de la institución y un texto alusivo. Por su parte, el coronel recordó el día en que visitado por una representación del Ateneo y comentó a su general que acababa de recibir a un grupo de patriotas. A su vez, el coronel entregó al presidente del Ateneo una hermosa placa metálica con relieves de recuerdo del izado de bandera.

Después de los discursos y las entregas, los visitantes fueron guiados por las salas históricas del Pabellón de Oficiales y del edificio del Tiro Pichón, así como una visita a la iglesia del acuartelamiento presidida por la imagen de la Virgen de Loreto, Patrona de la Aviación. Un autobús recogió a los visitantes para llevarlos a la zona donde antiguamente se ubicaban las escuadrillas y otras instalaciones, permitiendo que los antiguos soldados compartieran anécdotas y recuerdos.

El regreso a la zona de aparcamientos, dado que el tiempo seguía acompañando fue a pie, pasando por los hangares y la antigua torre de control del entonces aeródromo. Tras despedirse de las autoridades militares, los asistentes disfrutaron de una comida en el comedor del Club de Oficiales, donde la charla continuó. Todos comentaron que quedaron sorprendidos y agradecidos por la cálida acogida brindada por los jefes militares, creando así un día memorable de unión entre el Ateneo y las Fuerzas Armadas.

De regreso a casa, volvió la tan necesaria lluvia incluso con cierta intensidad, pareciendo que el tiempo se había aliado con la jornada festiva.

Fotografías del acto en la Galería de Fotos.

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