Reproducción literal del discurso.

«Este 12 de octubre celebraremos el Día del Descubrimiento de América y el Día de la Hispanidad. Es  también nuestra Fiesta Nacional y la primera convocatoria de este Foro de Difusión de la Historia de España.

Colón

En 1492 se producía el singular encuentro de dos mundos. Un descubrimiento mutuo: Europa descubre una nueva civilización y un nuevo continente y la población precolombina se ve cara a cara con los españoles, una civilización remota que viene de allende los mares. Y todo esto sucede en el territorio que llamamos hoy América.

Hoy y aquí, recordamos la emoción histórica de ese momento. Un día del Pilar de 1492, Colón desembarcaba en las playas de San Salvador. Colón desconoce que a uno y otro lado hay diez mil kilómetros de costa y un continente con 40 millones de kilómetros cuadrados. Un continente inmenso que surge entre océanos ignotos, con un norte y un sur en los polos opuestos del planeta, poblado por culturas desconocidas, con mil lenguas y dioses incontables, con climas que recorren desde las zonas más tórridas a los hielos polares.

El mismo año en que terminaba en Granada la configuración del estado que conocemos hoy, España daba el gran salto transoceánico. Enlazaba la más larga y heroica de las reconquistas con la aventura más trascendental de la historia de la humanidad. Colón abría el Occidente y Elcano circunnavegaba  el globo y España ceñía  así la redondez del planeta.

España corrió la mayor y la mejor de las aventuras, porque Colón fue el Adelantado de los mares, a quien siguieron decenas de navegantes que nos conectaron con aquellos fascinantes mundos. Y esta gloria de Colón fue la gloria de España, porque en el momento inicial del hallazgo de las Américas, España y Colón eran uno y porque, cuando el navegante terminó su misión, España siguió, un siglo tras otro, con su obra material y emocional en el Nuevo Mundo.

Huella

Imposible hablar en unos minutos de nuestra huella en América y de la huella de América en España. Una epopeya de tres siglos no cabe en unas frases porque fue mucho más que una epopeya. Fue una creación inmensa, en la que no sabemos qué es lo más admirable, si la valentía de unos reyes que ampararon una misión suicida hacia un mar de las tinieblas, la estrategia militar de un puñado de capitanes que incorporaron un imperio junto a millones de indígenas que integraron sus culturas y abrazaron la nuestra, la pasión de los misioneros que  impartieron la humanidad del Evangelio; el genio de la agricultura, que aclimató en ambas tierras las plantas de uno y de otro,  el afán de cultura que llenaba de libros las bodegas de nuestros buques, los traducía a sus lenguas y que sembró América de escuelas y universidades; o aquel deslumbrante  y modernísimo espíritu, con que el Consejo de Indias elaboraba ese código inmortal de las Leyes de Indias. Nunca, en ninguna legislación sería tan alto el sentido de Justicia

¿Y qué decir del mestizaje? En ese nuevo mundo fue la manera más profunda de abrazar la diferencia. El mestizaje apostó por la fusión, fue una lección de vida y de humanidad. En el contexto actual de globalización, España se adelantó siglos siendo un ejemplo multicultural  y multirracial pues convirtió a América en el primer continente mestizo del mundo. Hubo traiciones, pero también amistad y lealtad. Invención, creatividad, construcción y novedad. Fuimos modernos cuando todavía el mundo no lo era, sin saberlo. Vanguardistas. Abrimos senderos que antes no existían.

La lengua

Y es que el concepto de Hispanidad es algo sublime que nos hermana con más de 500 millones de personas. Unamuno, Maeztu o Rubén Darío hablaban de que tres elementos la definían: Raza, en el sentido de pueblo y cultura, Religión y Lengua, pero hoy incorporamos otros como la emigración, la identidad cultural o la creación literaria. Es algo vivo que evoluciona día a día y que se proyecta hacia el futuro.

Juntos, hemos logrado emerger como la segunda lengua más hablada, escuchada, escrita y cantada del planeta. Juntos, hemos sabido inventar nuevas formas artísticas y culturales. Juntos, hemos proyectado el idioma español y la cultura hispana en el mundo hasta alcanzar fronteras inimaginables.

Hoy es un día de celebración, pero la triste realidad es que España y América parecen haberse deshispanizado y debemos volver a sus esencias. La historia común no puede contarse como un cruel episodio de ladrones, aventureros y mataindios, sino como lo que fue: el escenario de una obra de civilización jamás vivida por pueblo alguno de la historia. Es lo que debemos y tenemos que revalorizar. Ganar la batalla del relato trabajando para reivindicar el valioso patrimonio de la cultura que nos une. La voz de España debe oírse en los Círculos y Ateneos de América y la voz de los americanos resonar en España, Colegios, Universidades e instituciones públicas y privadas deben coordinar esfuerzos para abrir nuevas rutas marcadas por el valioso espíritu de continuidad histórica.

Hispanoamérica es el mayor legado de España, su mayor y mejor obra, e Hispanoamérica sería ininteligible sin la acción española. Hoy la hispanidad se construye desde la Patagonia hasta el antiguo reino de Sevilla de donde salieron la Pinta y la Niña o Pontevedra de donde salió la Santa María, la nave capitana de la expedición de Colón.

Al otro lado del océano, aún denominan a España la madre patria, y es que la presencia de España modificó para siempre el destino de Hispanoamérica, pero recíprocamente Hispanoamérica transformó para siempre la historia de España.

Hispanidad

El Día de la Hispanidad ha de servir para reivindicar los lazos profundos que nos unen, para asumir juntos los grandes desafíos del nuevo Milenio. No sólo como aliados, sino como los amigos y hermanos que nunca debimos dejar de ser.

El Foro de Difusión de la Historia de España  pretende impulsar desde aquí, desde Sevilla, la ciudad más americana de Europa, la convivencia y colaboración para afrontar nuestra historia. Sin política, ni ideologías, simplemente con la verdad incontestable:  somos herederos de una misma tradición y de una misma historia en la que Sevilla ha brillado con luz propia.

Y tenemos la esperanza de que esta hermosa palabra – Hispanidad- que ha sido borrada de nuestro ideario, vuelva a recobrar el sentido que tiene para todos los hispanistas del mundo. Debemos españolizar América y Americanizar España».